La luna llena de febrero se llama la luna avivadora o luna de nieve. Es tiempo de meditación y purificación. La energía de nuestro cuerpo, al igual que la madre tierra, empieza a despertar. Las semillas de los proyectos que hemos plantado germinan igual que las plantas. Redirige tus proyectos y corrige los errores. Disfruta de la luz que lo ilumina todo y permítete ver en qué te habías equivocado. Purifica tu cuerpo, aliméntalo con comida sana y natural, haz infusiones de plantas depurativas como el tomillo o el romero y haz algo de ejercicio.
Es tiempo de crecimiento y regeneración. Enciende alguna vela amarilla o naranja, pon algún incienso energético como el de mirra o el incienso natural y dedícate a reflexionar sobre tus planes de futuro a la luz de una luna avivadora sintiendo cómo su energía invade tu cuerpo.
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