Los hechizos de curación ayudan a enfrentarse a una enfermedad, un problema o una preocupación que nos afecta al estado de ánimo. Pero hay que tener en cuenta que un hechizo no es un medicamento capaz de eliminar la enfermedad, es una ayuda, puede centrar nuestras energías y canalizarlas. Sentir la protección de los elementos y su poder en nuestro interior puede ayudarnos a mejorar si tenemos esperanza en ello. Nuestra mente es un arma muy importante a la hora de enfrentarse a la enfermedad.
Este tipo de hechizos es mejor realizarlos durante la luna llena, que es cuando su energía está al máximo. También es bueno hacerlos en domingo, ya que es el día dominado por el sol y así nos beneficiamos de sus virtudes.
Utiliza algún incienso de salvia o quema hojas de laurel si te es posible.
Necesitarás una vela azul asociada al elemento agua, la ideal para este hechizo, pero si no tenemos nos valdrá una vela naranja que representa la curación por la energía del sol o verde asociado a la naturaleza, la salud y a la esperanza. Un bol con agua, un papel blanco, una acuarela roja y un pincel fino.
Enciende el incienso y deja fluir su aroma por la habitación. Coge la acuarela y con el pincel, pinta una cruz o algo que simbolice para tí el problema de salud que te preocupa en la hoja de papel. Pidiendo la presencia y la ayuda del elemento agua, asociado a la salud y la curación, enciende la vela azul. Puedes pedir también la ayuda de algún dios curativo con el que te sientas cómodo. Por ejemplo el dios griego Asclepio, el romano Esculapio, el dios celta Diancech o el dios Horus de los egipcios. Visualizando el problema al que te enfrentas, introduce el papel pintado dentro del bol con agua y mira cómo lo que hayas dibujado se diluye hasta que acabe desapareciendo. Puedes ayudar a ello removiendo si ves que cuesta mucho. Siempre centrándote en la energía del agua que has invocado. Cuando el incienso se haya consumido y bajo la luz de la vela, tira el agua teñida desaciéndote así simbólicamente de la enfermedad que te preocupa. Puedes hacer un paquetito con el papel blanco cuando se seque y las cenizas de salvia o laurel y guardarlo hasta que tu problema se resuelva o mejore.